Compartir recursos para crear eventos originales con empresas de una misma región sorprenderá a sus usuarios habituales y atraerá a otros compradores para vivir la experiencia.
El 5 de julio de 2014, el madrileño barrio de Malasaña se convirtió en el escenario de un safari fotográfico, pero los objetivos de los flashes no eran animales salvajes. Los comerciantes de la zona, junto a la asociación de vecinos, desarrollaron una iniciativa en la que los ciudadanos retrataban la vida de lugares emblemáticos de la zona, como la plaza del 2 de mayo. Las pymes aportaron los premios del concurso, en el que, para poder participar, los fotógrafos debían presentar un pasaporte sellado por al menos quince tiendas. Así, los propietarios de los establecimientos aseguraban el paso de los concursantes por sus locales, lo que sirvió a muchas compañías para darse a conocer e incrementar sus ventas.
Vive Malasaña, vive barrio, como se llamó a este evento, fue un éxito de público y, por lo tanto, de publicidad para las pymes de un mismo barrio, que pueden aliarse en este tipo de iniciativas cuando comparten objetivos e intereses.
· Experiencia: "La oferta que realicen las compañías debe estar centrada en el cliente habitual, para que viva una nueva experiencia, que sea vistosa, con lo que al llegar a casa se lo contará a sus familiares y amigos, invitándoles a participar", señala Jean Marc Colanesi, profesor de ESIC. Para esto es recomendable que los actos sean duraderos en el tiempo, consiguiendo más recorrido y que más clientes nuevos visiten los locales. Además, es importante que el horario en el que se pueda disfrutar de la actividad sea amplio. "La iniciativa debe estar funcionando doce horas, de una de la mañana a una de la noche de forma ininterrumpida. De este modo, un joven que sale a cenar de tapas recomendará a sus padres que compre el queso que ha probado en el bar y que se vende en un comercio cercano", aclara el experto. Esto, además, conseguirá unir a pymes de diferentes sectores con un objetivo en común: atraer nuevos clientes.
· Comunicación: "Los usuarios son la mejor valla publicitaria, por lo que es recomendable crear una marca conjunta para que, por ejemplo, las bolsas tengan el mismo diseño y sean del mismo material. Cuando el cliente se va del barrio, pasea la iniciativa por otros lugares ", explica Colanesi. En este sentido, es importante crear los mismos canales de comunicación con el cliente, como saludarlo del mismo modo al entrar o acompañarlo hasta la salida del local. Una forma de ahorrar costes de márketing es utilizar las redes sociales, creando un perfil del que se ocupe uno de los propietarios más implicados en la actividad. "No hay que descuidar al cliente joven que acostumbra a utilizar Internet para buscar información, por lo que las redes sociales son importantes cuando se trata de un evento en concreto. Sin embargo, si se trata de una iniciativa duradera se puede crear una web o una aplicación móvil", señala Alberto Fernández, profesor de IESE. Una app que, por ejemplo, acumule puntos canjeables al hacer compras en locales de la misma zona.
· Recursos compartidos: Las pymes deben buscar elementos comunes y compartir recursos para que todas las partes ganen. "Por ejemplo, una tienda de ropa realiza un desfile de sus prendas en su local y se alía con una bodega de vinos de la zona para que sirva las copas con sus caldos esa noche", señala Terricabras. Las relaciones entre compañías se deben basar en la confianza, pero hay que definir bien los compromisos. Además, hay que revisar los resultados de las actividades de forma periódica para hacer balance.
FUENTE: EXPANSION