Las facturas de abono sirven para rectificar aquellas facturas emitidas en las que se haya cometido algún error en los importes, en los descuentos, en los impuestos o cuando se produce una devolución de la mercancía. Para corregirlo, se debe emitir una factura rectificativa con los datos correctos o con la devolución del producto en su caso.
Uno de los casos más habituales en los que es necesario hacer una factura de abono es cuando un cliente devuelve un producto. La factura rectificativa justificará la devolución de dicho producto, y, de esta forma, se podrá reflejar el movimiento en la contabilidad. En esos casos, la factura de abono será en negativo y se tendrá que hacer constar la devolución del pedido en el albarán, donde se contemple dicha solicitud.
Otra situación en la que hay que hacer una factura de abono es cuando se comete un error, por ejemplo, en el precio del producto, por lo que habrá que emitir una factura nueva corrigiendo dicho campo y anulando la anterior. Es muy importante que se haga constar la factura a la que hace referencia y que estamos rectificando. Nos basaremos, por tanto, en la factura original y reflejaremos la serie de numeración correspondiente, el tipo impositivo y la cuota repercutida sin incluir el IVA.
Casos en los que hay que hacer facturas rectificativas
En general, los casos en los que el autónomo debe emitir una factura rectificativa son:
- Cuando la factura original incumpla alguno de los requisitos legales contemplados en la normativa vigente
- Cuando se produzca la devolución total o parcial de un pedido
- Si se ha cometido algún error en el tipo impositivo de IVA
- Para recuperar el IVA de una factura que no se ha cobrado
Por tanto, si se comete algún error a la hora de emitir una factura no hay que alarmarse ya que el Reglamento contempla la emisión de facturas rectificativas, que pueden ser de abono, en negativo, en los casos en que se produce la devolución de una mercancía. También sirven para corregir algún dato erróneo del cliente.
FUENTE: CINCODÍAS