1. El sistema público no da para más
El envejecimiento de la población y el deterioro del mercado laboral, con la consiguiente reducción en el número de cotizantes y la cuantía de sus aportaciones, hacen cada vez más difícil la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Al menos en los mismos términos a los que nos habíamos acostumbrado en las últimas décadas. Que nuestra pensión pública va a ir menguando es un hecho.
Y somos cada vez más conscientes de ello, ya que el porcentaje de ahorradores que guarda dinero para complementar la pensión pública ha subido cinco puntos en solo dos años, del 25% al 30% de los entrevistados en el IV Barómetro del ahorro del Observatorio Inverco. Es más, el 71% de los españoles cree que su generación no tendrá una pensión pública de jubilación y, en el caso de recibirla, un 84% considera que esta no será suficiente para cubrir los gastos mínimos y necesarios para sobrevivir, según se refleja en un estudio del Instituto Aviva.
2. Vivimos más años y nos gusta vivir bien
Desciende la natalidad y nuestra esperanza de vida es cada vez mayor, sobre todo las mujeres, población preponderante entre los españoles de más edad. “Los factores demográficos harán inevitable seguir con las reformas de los sistemas de pensiones públicas si queremos asegurar su sostenibilidad”, advierte José Luis Manrique, del Observatorio Inverco, y estas producirán “ajustes en la tasa de sustitución pública (porcentaje que supone la pensión sobre el último salario)”.
Efectivamente, hasta ahora en España la tasa de sustitución es del 74% y prácticamente todo proviene de la Seguridad Social, pero en el futuro vivir solo con la pensión se nos hará cada vez más difícil. Si queremos mantener el nivel de vida actual, no queda más remedio que planificar algún ahorro que nos complemente.
No obstante, tenga en cuenta que cuando se retire posiblemente necesitará menos dinero. Haga sus cálculos y determine cuánto necesitará, sabiendo que la casa estará ya pagada, sus hijos habrán conseguido emanciparse del todo y su ocio no será tan caro como ahora.
3. Ya no hay que esperar: se puede rescatar a los 10 años
Hasta ahora la escasa liquidez de los planes era la característica que más echaba para atrás a los posibles inversores, sin embargo desde el 1 de enero rescatar mi dinero a los 10 años, sin dar más explicaciones, es una realidad. Así, si se anima a contratar este producto ahora, en 2025, a la vuelta de la esquina como quien dice, podría disponer de lo ahorrado. Este supuesto se une a las contingencias comunes de fallecimiento, jubilación o incapacidad y a los supuestos excepcionales de enfermedad grave, desempleo o riesgo de desahucio por impago de la hipoteca.
4. Si se equivoca, rectifique
Cuando suscriba un plan, hágalo informándose previamente de todos los productos que tenga a su alcance para tratar de contratar uno que logre el mejor rendimiento en función del perfil de ahorrador. Así, a un plan conservador le pediremos menor rentabilidad que a uno más agresivo. En cualquier caso, recuerde que los crecimientos anuales se deberían ir acumulando y creciendo con el tiempo y siempre, igualar al menos el resultado medio de la categoría.
Si no es así, no lo dude y cambie de plan. Recuerde que puede trasladar su dinero de un producto a otro, sea o no de la misma gestora, cuantas veces quiera y sin coste alguno para el partícipe. Tenga en cuenta asimismo que puede tener más de un plan y distribuir la aportación máxima entre todos los que tenga. Los expertos, de hecho, recomiendan diversificar en más de un producto.
5. El dinero no se pierde: Lo podrán cobrar sus herederos
¿Y qué pasa si me muero antes de empezar a cobrarlo? No piense que el dinero va a desaparecer. Podrán disfrutar de sus ahorros sus herederos. Estos tienen las tres formas habituales de cobrarlo: en forma de capital –percibiendo un pago único–, mediante una renta regular o de forma mixta: combinando rentas de cualquier tipo con un pago en forma de capital.
6. Obtendrá buena rentabilidad si elige bien
Octubre se cerró con rentabilidades anuales positivas en todas las categorías y un 3,28% de media, pero eso no significa que la sonrisa de todos los partícipes de planes de pensiones haya sido igual de abierta.
Como en botica, aquí hay de todo y también hay planes que pierden dinero. “Antes de invertir es crucial investigar, informarse y comparar”, recomienda Borja L. Mancisidor, responsable de venta institucional de Gesconsult, y “es muy importante no reducir nuestras alternativas de inversión a las campañas comerciales, la publicidad que veamos por la calle o la propuesta que nos haga nuestro banco de toda la vida”.
7. Desgrava
Los planes de pensiones son, junto a los planes de previsión asegurados (PPA), su equivalente en el ámbito del seguro, los únicos instrumentos de inversión que desgravan reduciendo la base imponible con las cantidades aportadas –máximo, 8.000 euros al año–. Es decir, aminoran la cantidad sobre la que se calculan los impuestos a pagar. Esta ventaja ha sido tradicionalmente uno de los principales argumentos para depositar el dinero en ellos.
8. Si es mujer, lo necesita más
No se lleve a engaño. Las mujeres ganamos menos y, por tanto, percibimos una pensión media menor. Además, vivimos más –hay un 34% más mujeres (4,6 millones) que hombres entre las personas mayores– y nuestra esperanza de vida, hoy en 85 años, entre las más altas de Europa, se estima que llegará a 88 años en 2029.
Todo esto se traduce, en cálculos de VidaCaixa, en que las féminas, al cobrar de media un 30% menos, aportan un 20% menos a planes de pensiones privados, obtienen un 41% menos en prestaciones privadas y perciben un 38% menos de pensión pública. En su mano está ponerse a ahorrar ya mismo y variar estas estadísticas.
9. Hay un plan para usted
Los hay conservadores con rentabilidades mínimas, arriesgados donde las ganancias o pérdidas pueden ser estratosféricas o incluso garantizados. Hay cientos de productos en las estanterías de bancos, aseguradoras o gestoras independientes donde elegir. “Los planes de pensiones permiten ajustar el riesgo de las inversiones a cada perfil de partícipe, por lo que es apto para todos los ahorradores, independientemente de su nivel de riesgo o de su edad”, recuerda José Luis Manrique desde el Observatorio Inverco.
Efectivamente, como resalta Carlos Herrera, de EFPA España, es posible hacer aportaciones mensuales de pequeño importe, lo que “facilita que la persona joven que accede al mundo laboral pueda contratar un plan de pensiones y empezar con una aportación periódica de solo 30 euros al mes y, a medida que vaya incrementando su nivel salarial y, por tanto, su capacidad de ahorro, ir aumentando las aportaciones”.
10. Cada vez es más fácil informarse y contratar
No será por falta de medios a su alcance. Si hace unos años el director de su oficina bancaria era su única fuente de información, hoy en día los canales en los que aclarar dudas, consultar datos e incluso comprar productos financieros se ha multiplicado.
“Internet te acerca la posibilidad de ver, comparar y comprar al mejor precio o, por lo menos, orientarte para cuantificar tus gastos y poder ahorrar”, proponen en Decálogo del Ahorrador de HNA, la hermandad (mutualidad) de los arquitectos.
Seis pasos para contratar el mejor
Si ya está convencido y ha decidido suscribir un plan de pensiones, ahora le queda la parte más difícil: elegir el correcto. Siga los consejos que nos dan los expertos para intentar que acertar sea más fácil. Estas son las recomendaciones de los asesores EFPA.
Análisis
Revisa la oferta de diferentes entidades. Es importante analizar la calidad de la gestora por la que nos interesemos, sobre todo si sus planes ocupan unas buenas posiciones en el ranking de rentabilidad a largo plazo (rentabilidad sostenida) y solvencia.
Riesgo
Adapta tu plan de pensiones a la edad y al perfil de riesgo. Una persona joven podrá adoptar mucho más riesgo en planes de renta variable para obtener una mejor rentabilidad a largo plazo e ir trasladando, con el paso del tiempo, su cartera a posiciones más conservadoras.
Constancia
Contrata un plan con tu primera nómina y realiza aportaciones mensuales. El ahorro sistemático en plan hormiguita nos permitirá acumular un capital final suficiente para constituir una renta que complemente la pensión pública. Con las aportaciones mensuales lograremos diversificar el riesgo del momento de la inversión.
Costes
Ojo con las comisiones de gestión y depósito. No siempre un plan con una comisión más baja es el más adecuado. En planes de renta fija las comisiones deben ser inferiores a los planes de renta variable, ya que estos últimos deben tener, sobre todo, una gestión dinámica y activa para obtener buenas rentabilidades.
Reclamo
No te dejes guiar por los regalos de campaña que ofrecen algunas entidades. Suelen ir ligados a una obligación de permanencia. De igual modo, no debemos vincular obligatoriamente nuestro plan de pensiones con la entidad que tiene nuestra hipoteca o un crédito.
Profesionalidad
Consulta a un asesor financiero cualificado que te ayude a planificar tu jubilación de la mejor forma.
FUENTE: CINCO DIAS