Un trabajador sale de su centro de trabajo a las 18.00 horas, tal y como marca el convenio colectivo de la empresa en la que trabaja. Sin embargo, su jornada laboral no ha acabado. En las siguientes horas puede recibir varios mensajes en los distintos dispositivos móviles en los que su compañía le puede localizar. Le pueden pedir un informe que no ha terminado, actualizar un listado de clientes, preparar la reunión de la mañana siguiente. En la sociedad hiperconectada de los países desarrollados, vivir al margen de la empresa se ha convertido en una utopía.
El primer país que ha tratado de establecer límites a esas situaciones fue Francia. Desde el 1 de enero de 2017, una nueva ley obliga a las compañías con más de 50 empleados a negociar el derecho a la desconexión, lo que significa el derecho a no responder a los mails o a los mensajes profesionales fuera del horario de trabajo. Un proyecto que se ha quedado descafeinado en la medida en la que no establece ninguna obligación, con lo que probablemente la desconexión digital quedará limitado a un código de buenas prácticas. Antes de esa fecha ya hubo algunas multinacionales galas, como Michelín, que establecieron sistemas de alerta cuando un trabajador se conectaba más de cinco veces fuera de su jornada laboral.
¿Es posible la instauración de ese sistema en un mercado laboral en el que las jornadas se eternizan y en el que los empleados tienen que estar conectados siempre? Una pregunta por escrito formulada por el diputado de PDeCAT Carles Campuzano, en la que solicitaba al Gobierno si tenía previsto impulsar el reconocimiento de este derecho, a imagen y semejanza de la última regulación laboral aprobada en Francia. “La Secretaría de Estado de Empleo está estudiando la posibilidad de una regulación que reconozca el derecho de los trabajadores a la desconexión digital de su empresa, una vez finalizada su jornada laboral”, precisa en su respuesta. “La Secretaría de Estado de Empleo está estudiando la posibilidad de una regulación que reconozca el derecho de los trabajadores a la ‘desconexión digital’ de su empresa, una vez finalizada su jornada laboral”, ha contestado el Ejecutivo.
El derecho de los trabajadores a desconectar de su trabajo y a no recibir mensajes ni correos electrónicos una vez concluida su jornada laboral ya fue llevado al Congreso por En ComúPodem, formación integrada en la coalición parlamentaria de Unidos Podemos. Esta formación registró en la Cámara Baja una proposición no de ley en la que emplazaba al Gobierno a aprobar una regulación en este sentido, previo acuerdo con los agentes sociales, con el fin de evitar que los trabajadores continúen trabajando tras finalizar su jornada y, además, garantizar la seguridad y su salud en el trabajo y el descanso necesario. En esa iniciativa reclamaba en esta iniciativa un plan de uso de las tecnologías de la comunicación fuera de la jornada laboral, el establecimiento de indicadores de medición de estrés laboral de los trabajadores en los estudios del Instituto Nacional de Estadística y la realización de un estudio que analice si el uso intensivo de las tecnologías de la información y de la comunicación puede llegar a provocar problemas de adicción o dependencia.
El grupo socialista en el Congreso registró esta mañana una proposición no de ley por la que insta al Gobierno a presentar un proyecto de ley de protección de derechos digitales que, entre otras medidas, garantice el acceso universal a Internet y el derecho al olvido de la ciudadanía y, además, proteja a los menores y contemple el impacto que supone la Red para los más jóvenes. El texto reclama un proyecto de ley para reformar el régimen laboral vigente para que los trabajadores cuenten con privacidad ante las tecnologías usadas por los empresarios para controlar el cumplimiento de las obligaciones laborales y garantizar que tengan una desconexión digital fuera del horario de trabajo.
FUENTE: CINCODÍAS