"El mercado legal está cambiando, y cuanto más tarden en darse cuenta los despachos, más difícil va a ser adaptarse", asegura Luis Fernando Guerra, socio director de Deloitte Abogados. Innovar se está convirtiendo en algo vital para los bufetes, principalmente, teniendo en cuenta cómo están evolucionando los clientes, que demandan servicios nuevos y, sobre todo, fórmulas diferentes a la popular facturación por horas.
El 52% de los departamentos jurídicos internos de empresas reconoce que está pensando en cambiar de despacho, en busca de asesores no tradicionales, según se desprende del informe internacional Tendencias futuras de los servicios legales, realizado por RSG Consulting y coordinado por Deloitte Abogados.
¿Qué esperan los clientes de los despachos que contratan? Además de controlar los aspectos más técnicos desde un punto de vista legal, un bufete debe contar con experiencia comercial y conocer el sector de la empresa a la que asesoran. También demandan conocimiento en temas de ciberseguridad e incluso que sean capaces de compartir datos y conocimiento.
Honorarios
En el proceso de contratación, una asesoría jurídica también valora el uso que el despacho hace de las nuevas tecnologías, pero si hay algo en lo que insisten los clientes es en el tema de los honorarios. Aunque el debate sobre la facturación por horas ya es antiguo, sigue siendo la herramienta más habitual para cobrar los servicios legales.
Sin embargo, las empresas exigen más transparencia y, sobre todo, mayor capacidad para predecir a cuánto ascenderá la factura final cuando el bufete termine un trabajo. Las empresas quieren "fórmulas más claras de fijación de honorarios", matiza Guerra.
Aun así, el único cambio que se ha producido en este sector en los últimos años ha sido una reducción de precios. Sorprendentemente, no es eso lo que los clientes reclaman, ya que no demandan tanto una reducción de honorarios como la capacidad de conocerlos de antemano.
Por otra parte, las compañías también desvelan cuáles son las partidas de gastos que más están creciendo en las asesorías jurídicas de cara al futuro, marcando el mapa de crecimiento para los despachos de abogados.
El área de cumplimiento normativo centra el interés de las compañías. Tras la modificación del Código Penal, en 2010, este asunto se ha convertido en una prioridad y, lejos de ser una moda pasajera, Luis Fernando Guerra está convencido de que es una de las líneas de negocio de futuro. Es más, a medida que gane protagonismo dentro de las empresas, incluso terminará consolidándose como un departamento independiente de la propia asesoría jurídica.
En opinión del socio director de Deloitte Abogados, este nuevo escenario que se dibuja en el sector legal representa una oportunidad para las firmas pequeñas que sepan adaptarse a lo que piden los clientes, pero también para "los grandes despachos capaces de hacer las cosas de forma diferente".
FUENTE: EXPANSION