JOSÉ LUIS ESCRIVÁ, MINISTRO
DE INCLUSIÓN, SEGURIDAD SOCIAL Y MIGRACIONES
Asegura que la Seguridad
Social tiene una situación financiera razonable y que hay que mantener el poder
adquisitivo de los pensionistas.
José Luis Escrivá, ministro
de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, es un independiente en un
Gobierno de coalición. Llegó al Consejo de Ministros desde la presidencia de la
Autoridad Fiscal Independiente (Airef), donde advertía contra las previsiones
voluntaristas y las desviaciones en la consolidación fiscal de anteriores
Gobiernos. Y bajo su responsabilidad caen dos de los principales proyectos que
se van a abordar en esta legislatura: el ingreso mínimo vital (IMV), que ha
echado a andar este mes, y la reforma del sistema de pensiones, que está
convencido de lograr con acuerdo del Pacto de Toledo.
–Desde esta semana ya se puede solicitar el
ingreso mínimo vital, pero todavía quedan detalles por concretar en el
reglamento, como el del empleo.
–El estímulo mayor debería
dirigirse a familias con niños y monoparentales que tienen subempleo para
conciliar. Estamos trabajando en ello, pero el desarrollo reglamentario estará
listo en los próximos meses.
–¿Se ha sentido presionado para sacar con
demasiada premura la renta mínima?
–Siempre hablamos de salir en
torno a estas fechas. Todos estábamos de acuerdo en que, dado el impacto de la
pandemia, convenía adelantar su salida. Pero que algunos elementos no estén
definidos en nada afecta a la puesta en marcha de la prestación.
–¿Ha habido diferencias con Pablo Iglesias?
–No ha habido diferencias
significativas. Nosotros hemos liderado todo el diseño del ingreso mínimo,
hemos hecho todos los cálculos. Ha habido comentarios, pero hemos tenido una
relación bastante fácil y fluida durante el desarrollo de la prestación.
«Estoy convencido de que en esta legislatura
habrá reforma de las pensiones»
PENSIONES
–Este IMV se asemeja al que se pactó con
Ciudadanos, especialmente en el estímulo al empleo, y que Iglesias usó para no
apoyar la investidura de Sánchez en aquel momento porque, dijo, «era premiar a
los empresarios que pagaban bajos salarios».
–Este tema no ha sido ahora
un motivo de discusión. Es bastante evidente que el incentivo al empleo tiene
que estar. Sabemos que, en general, la gente quiere trabajar, aunque reciba un
subsidio.
–¿Le preocupan las diferencias territoriales
que se puedan producir con la renta mínima?
–Hasta ahora me preocupaban
bastante. Por poner un ejemplo, en Asturias tienen una renta mínima bastante
bien diseñada, en la que se gastan 125 millones y llegan a 25.000 hogares. Pero
Galicia, que tiene 2.700.000 habitantes frente al millón de Asturias, se gasta
la mitad y llega casi a la mitad de hogares. Esta es la situación de partida y
nosotros vamos a establecer un mínimo nacional con las mismas condiciones para
todos. Esto va a equilibrar mucho y a vertebrar el país a nivel estatal;
después, cada comunidad autónoma verá cómo complementa. Hay diferencias de
coste de vida que pueden justificar diferencias territoriales.
«No creo que la cotizaciones tengan que subir.
Ya son suficientemente altas»
CUOTAS A LA SEGURIDAD SOCIAL
–¿Hay que replantearse las prestaciones por
desempleo? Usted ha comentado que algunas estaban mal diseñadas.
–Hay margen para ir
modificando otras prestaciones. Hemos empezado por la de hijo a cargo, que ya
se ha integrado en el IMV. Hay muchas prestaciones no contributivas que se
pueden focalizar mejor. El subsidio de paro para mayores de 52 años forma parte
de los subsidios que hay que ir mirando y darles una vuelta. Son mejorables.
–Aunque la pandemia ha obligado a priorizar
otros temas, ¿habrá reforma de pensiones esta legislatura?
–Estoy convencido de que sí.
El Pacto de Toledo estuvo muy cerca de firmar un acuerdo hace algo más de un
año. El punto de partida es ese borrador.
–¿Cómo tendría que ser esa reforma?
–Primero hay que asegurar de
forma permanente que las pensiones mantienen su poder adquisitivo. Después hay
que reajustar determinadas políticas sobre jubilación anticipada o incentivos a
jubilarse más tarde para acercar la edad efectiva a la edad legal. Y hay que
limpiar la estructura de ingresos y gastos de la Seguridad Social para que
refleje de forma fiel lo que es el componente contributivo y se vea la
realidad: que con el nivel actual de cotizaciones sociales y el gasto en
pensiones la Seguridad Social tiene una situación financiera razonable.
Pacto de Toledo
–Se habían comprometido a tener un nuevo índice
de revalorización de las pensiones antes de que termine el año.
–Primero el Pacto de Toledo
tiene que acordar el marco de la reforma y a partir de ahí nosotros
plantearemos los cambios normativos.
–¿Qué cambios estudian para retrasar la
jubilación?
–Tenemos que propiciar que
quien quiera trabajar más tiempo lo pueda hacer. Hay opciones que no hemos
difundido y la gente no conoce, pero se puede trabajar más allá de los 65 años,
cobrar la mitad de la pensión y tener una cotización muy pequeña a la Seguridad
Social. Incluso se puede mejorar esa política.
–La jubilación anticipada ya está penalizada
con unos coeficientes reductores en función del tiempo que se adelante el
retiro. ¿Cómo quiere desincentivarla más?
–Esos coeficientes
penalizadores no están bien diseñados, no están ajustados por niveles de renta.
A niveles más altos de pensión hay incentivos evidentes a anticipar el retiro.
–Entonces, se refiere a endurecer esos
coeficientes reductores según el nivel de renta.
–Sí. Iría por ahí. Esos
coeficientes están definidos de forma regresiva, de manera que a pensiones más
bajas hay menos incentivos para jubilarse y a pensiones más altas hay más
incentivos. Tenemos un problema ahí y se están produciendo demasiadas
jubilaciones anticipadas, especialmente entre personas con un nivel alto de
pensión.
«Deberíamos pensar en algún tipo de
penalización a la rotación masiva de contratos»
TEMPORALIDAD
–Muchos se jubilan antes por miedo a que la
reforma les recorte la prestación.
–Puede ser. Cuando se aclare
que la reforma no va a generar recorte de poder adquisitivo, probablemente
tengamos menos. No se pueden plantear ajustes sobre aquellos que ya están
jubilados o a punto de jubilarse. Sería injusto, no tendrían capacidad de
reacción.
–¿Aprovechará los Presupuestos de 2021 para
trasladar gastos impropios de la Seguridad Social al Estado? ¿Cuáles?
–Es una posibilidad. Hay
muchos candidatos. Tenemos exoneraciones que estamos pagando, toda la parte no contributiva
de las políticas activas... Quizá se podría empezar por ahí.
«La pandemia nos ha cambiado el paso pero
tendremos que retomar la senda de consolidación fiscal»
DEUDA Y DEFICIT
–¿Hará falta un nuevo préstamo del Estado este
año?
–Sí, hará falta. La cuantía
dependerá de las políticas asociadas a la pandemia.
–Como presidente de la Airef era un poco el
'Pepito Grillo' del Gobierno. ¿Cómo ha sido el cambio a ministro? ¿Ha tenido
que transigir?
–El Gobierno mandó en febrero
a la Comisión Europea una corrección de la senda del déficit público que era
realista, sustentada en decisiones por el lado de los ingresos. Después, ha
llegado la pandemia y nos ha cambiado el paso a todos los gobiernos. Tendremos
que retomar esa senda y escenario de consolidación hacia niveles de deuda más
razonables.
«Nos obsesionamos con la reforma laboral cuando
hay que mirar en otras direcciones»
–Ha habido una sucesión de mensajes y
contramensajes del Gobierno. ¿Cree que la comparación con el camarote de los
hermanos Marx es acertada?
–Es evidente que dentro del
Gobierno hay aproximaciones distintas a varios temas. Pero para eso hay un
acuerdo de Gobierno, con el que yo estoy cómodo, donde se marcan los límites de
dónde se puede ir y dónde no. Los límites en el ámbito fiscal y en el ámbito de
la reforma laboral están bastante claros.
–Bueno, precisamente ahí sí que se han lanzado
mensajes muy diferentes...
-Cómo abordar un marco
normativo en España en el ámbito laboral es un tema que está pendiente y
requiere un análisis profundo dentro del Gobierno. La reflexión general que hay
que hacer transciende la reforma laboral. Hay que hablar de cuáles son los
elementos que hacen que estructuralmente tengamos una tasa de paro tan alta del
14%. Creo que el marco normativo no es el factor dominante porque con la misma
norma y en el mismo país tenemos tasas de paro con una diferencia de 15 puntos
entre comunidades. Pienso que tiene más que ver con políticas que propicien la
movilidad interregional. A veces nos obsesionamos con elementos de la reforma
laboral pero probablemente tenemos que mirar en otras direcciones. Tenemos un
problema de paro estructural grave y no parece que las idas y venidas en las
reformas laborales hayan sido decisivas en cambiar esto. Hay que incidir en las
causas de la elevada temporalidad y la enorme diferencia de tasa de paro entre
regiones.
–¿Qué medidas podrían reducir la temporalidad?
–Deberíamos pensar algún tipo
de penalización o algún tipo de coste a la rotación enorme que hay con los
contratos.
–¿Eso significa aumentar las cotizaciones de
los temporales?
–No creo que las cotizaciones
sociales tengan que aumentar en España. Ya son suficientemente altas. Lo que
estoy pensando es en que haya alguna tasa para aquellas prácticas con una
rotación masiva.
–Precisamente los empresarios han reclamado
esta semana no subir los impuestos.
–España es un país que tiene
un volumen de beneficios fiscales extraordinariamente alto, cercano a los
80.000 millones de euros, y tenemos una fiscalidad medioambiental muy baja para
lo que debería ser. Hay consenso en que España tiene que modificar su marco
impositivo.
–Hay que empezar a elaborar los Presupuestos
del año que viene. ¿Habrá recortes?
–Las bonificaciones a la
contratación, donde probablemente haya peso muerto, y los beneficios fiscales
son las dos áreas principales donde hay margen para hacer cambios.
–¿Hasta dónde está dispuesto el Ejecutivo a
ceder para llegar a un nuevo acuerdo sobre los ERTE?
–El esquema que hemos
diseñado de ERTE está funcionando muy bien. En conjunto se han activado 1,3
millones de trabajadores entre ERTE y mayor afiliación desde finales de abril.
Pensamos que el diseño que hemos hecho, en el que tratamos de proteger a las
empresas en dificultades pero a la vez impulsar la activación del mayor número
de trabajadores posible, está funcionando bien y lo que hemos planteado a los
agentes sociales es profundizar en ese modelo.
–El principal escollo que era el plazo hasta
septiembre ya se ha superado. ¿Dónde está el atasco en la negociación?
–Realmente el elemento más
importante en la negociación es el sistema de exoneraciones y el hecho de que
la exoneración es mayor para los trabajadores que se activan que para los que
están suspendidos. Otro elemento importante es ver si extendemos el modelo de
beneficios más allá de los ERTE de fuerza mayor a los económicos. Como está
funcionando bien, porque estamos yendo a un ritmo de recuperación del empleo
incluso mejor de lo que esperábamos, no hay que moverse mucho de los que estamos
planteando. Pero el coste fiscal hay que limitarlo.