La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen,
ha presentado ante el Parlamento Europeo su gran plan para superar y recuperar
a Europa de la peor crisis de su historia. Su propuesta plantea un ambicioso
estímulo de 750.000 millones, de los cuales 500.000 millones de euros serán
transferencias a fondo perdido (grants), y el resto ofrecido como préstamos con
términos favorables, 250.000 millones. "Nuestra voluntad de actuar debe estar a la altura de los desafíos que
todos encaramos," ha asegurado Von der Leyen ante el Parlamento
Europeo.
La mayor parte del plan, 560.000 millones será transferido a
los Estados miembros a través de un instrumento denominado Facilidad para la Resiliencia y la Recuperación (RFF), compuesto
tanto por subvenciones como por préstamos. Los gobiernos podrán solicitar estos
fondos con carácter voluntario.
España podría recibir hasta 140.446 millones de euros, los
fondos se dividirían entre 77.324
millones de euros en forma de transferencias a fondo perdido, y 63.122
millones como préstamos, según
la tabla de reparto que combina todos los instrumentos. Para acceder a los
fondos los países tendrán que presentar un plan de reformas y planes de
inversión alineados con las recomendaciones de Bruselas y sus prioridades, la
transformación digital y ecológica.
Este mecanismo estará integrado en el esquema legal del
llamado «Semestre Europeo» que incluye controles y recomendaciones específicas
que deben cumplir los países.
El ala más dura de Europa con este plan son los países del
norte, Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia, que siempre se han mostrado muy
críticos con las subvenciones a fondo perdido y defendían préstamos ligados a
reformas. Sin embargo en los últimos días este bloque se ha presentado algo receptivo.
Austria y Dinamarca han comenzado a transigir con cierto nivel de subvenciones,
cambiado ligeramente su discurso.
La presentación de la propuesta ha abierto un proceso de
debate entre los 27 miembros de la UE que será duro sin duda, pero a la vez tendrá
que ser rápido, si se quiere garantizar el objetivo del plan, que no es otro
que la recuperación económica de la zona Euro. Para su aprobación en la CE es
necesaria la unanimidad de los Veintisiete y la ratificación parlamentaria en los
países. Se espera que el dinero pueda empezar a llegar en enero, aunque
Bruselas confía en poder adelantar ciertas cantidades en el mes de septiembre,
modificando el actual presupuesto 2014-2020 para tener disponibles 11.500
millones para el segundo semestre de este año.
"Afrontamos
nuestro momento determinante. Los bienes comunes que hemos construido juntos se
están dañando, lo que dábamos por sentado se pone en cuestión. La igualdad de
condiciones y las libertades deben recuperarse de nuevo. Nada puede ser
arreglado por un único país", dijo Von der Leyen ante la Eurocámara.
Para financiar el fondo, la CE prevé emitir bonos con
vencimiento máximo de 30 años, a bajos tipos de interés, para lo que aumentará el
techo de recursos propios del presupuesto comunitario al 2% de la renta
nacional bruta conjunta, lo que ampliará su margen para emitir con cargo al
presupuesto sin que los países deban elevar su contribución.
Se planea que el reembolso del principal y los intereses de esta deuda se efectuaría entre 2028 y 2058 y para costearlo la CE propone introducir nuevas fuentes de ingresos, como una tasa al carbono en frontera, una ampliación del sistema europeo de comercio de emisiones, una tasa digital o a la operación de grandes empresas en la UE.
FUENTE: ADADE CENTRAL