Ofensiva total. La Comunidad de Madrid está diseñando un plan para posicionarse como polo inversor y empresarial para las compañías ahora instaladas en Reino Unido que vayan a trasladar sus sedes fuera del país tras la consumación del Brexit, según relatan a este periódico fuentes del Ejecutivo de Cristina Cifuentes. Esta iniciativa de captación se moverá en tres ejes: medidas fiscales, financieras y de localización.
Uno de los ejes esenciales es el tributario. La Comunidad está estudiando la posibilidad de aplicar ciertas rebajas en el tramo autonómico del IRPF, que podrían materializarse mediante deducciones y bonificaciones para ciertos puestos, siempre vinculado a compromisos de creación de empleo, explican fuentes del Ejecutivo autonómico.
Pero las posibilidades se extienden también a ampliar las bonificaciones a la contratación, competencia de la Comunidad de Madrid, así como extender las exenciones de los impuestos como el ITP y el AJD (en algunas zonas de la autonomía ya al 95%) a más territorios, que beneficiaría especialmente a la instalación de las sedes.
El equipo de Cifuentes está trabajando actualmente en coordinación con entidades empresariales, como la patronal madrileña CEIM y el propio Gobierno de España para articular una ofensiva que posicione Madrid como lugar preferente para las futuras deslocalizaciones británicas, así como futuras sedes de agencias europeas. "Se han establecido ya encuentros de coordinación entre administraciones", indican las mismas fuentes. Precisamente, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció el viernes pasado la intención de atraer a España la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés). El Ejecutivo regional aspira a convertirse en el "nuevo centro financiero" europeo con la captación de bancos, capital riesgo y talento científico y tecnológico.
El proyecto pasa por diseñar un plan que atraiga a sectores estratégicos, además del financiero, el tecnológico, biofarma, aeroespacial y automoción. Dentro de esta estrategia se prevé dar un impulso a las acciones de márketing, y establecer contacto con agentes empresariales estratégicos en Reino Unido. Se está preparando además un viaje institucional a las Islas británicas para entrar en contacto con los principales inversores.
Más allá del gran pastel del sector financiero, existen dos bases principalmente donde Madrid y el Gobierno se están moviendo especialmente: el sector de las grandes startups tecnológicas y las empresas farmacéuticas. La restricción de movimientos de personas es un lastre importante para estos sectores. En el nuevo escenario post Brexit, muchas multinacionales están barajando su traslado a Estados Unidos o países del sur de Europa, donde la capital española entra en juego en clara competición con otras ciudades como Dublín o Berlín. Otro país que ha entrado en la liza es Francia. El presidente, François Hollande, anunció la semana pasada que prepara también rebajas fiscales para atraer el talento inversor instalado ahora en Reino Unido.
Los pasos que seguir están condicionados a la hoja de ruta que marque Londres. La solicitud formal del artículo 50 del Tratado de Lisboa, mediante el que se pide la salida de la Unión Europea, y no parecen tener prisa en aplicarlo. El proceso podría tardar años, pero la Comunidad de Madrid pretende avanzarse a ese momento en una carrera con competidores directos.
El Ejecutivo regional considera que las condiciones fiscales y financieras de partida son potentes. El IRPF es el más bajo de España, y Cifuentes prevé ya aplicar otra reducción en esta legislatura. Los impuestos inmobiliarios, como el ITP y el AJD se encuentran también en tipos mínimos. Sucesiones y Donaciones y el Impuesto de Patrimonio están en la actualidad exentos de tributación, aunque son las figuras que menos importan a las empresas.
FUENTE: EXPANSION